Add parallel Print Page Options

26 No está bien castigar al inocente,
    ni azotar por su rectitud a gente honorable.

27 El que es entendido refrena sus palabras;
    el que es prudente controla sus impulsos.

28 Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio;
    se le considera prudente si cierra la boca.

Read full chapter